lunes, diciembre 01, 2008

Cumplen promesa


Querétaro, Querétaro. Los Gallos Blancos dieron una exhibición de carácter y futbol y terminaron imponiéndose a los Xoloitzcuintles de Tijuana por marcador de 3-1 (3-2 global) para obtener el boleto a la final del Apertura 2008 de la Primeras División A. Fue un partido redondo en todos los sentidos, aunque ahora habrá que pensar en el siguiente rival: Irapuato.

El estadio La Corregidora fue testigo de como 40 mil aficionados y los Gallos Blancos se fundieron en un solo equipo para obtener el pase a la ansiada final del certamen. El inmueble queretano terminó pesándole al representativo de Tijuana, quienes tuvieron un pánico escénico que les terminó pesando.

El primer tiempo fue completamente de Gallos Blancos. Los plumíferos aprovecharon el miedo escénico inicial de los tijuanenses llegando por las bandas y con pases cruzados que hicieron mella en la defensiva visitante. Jonathan Tridente y Carlos Regis hicieron buenos enroques y parecían que estaban en todos lados del terreno de juego.

Los queretanos empezaron a bombardear la portería del Tijuana con tiros de media distancia y un cabezazo de Mauro Gerk, aunque no lograban ser lo suficientemente peligrosos para exigir al arquero Adrián Zermeño. Tijuana no atinaba a hilar tres pases seguidos y lucían perdidos en el terreno de juego.

Corría el minuto 25 cuando se abrió la gloria para Gallos Blancos, cuando vino un centro a segundo poste de Carlos Pinto que apenas alcanzó a rematar a duras penas el argentino Jonathan Tridente, pero con la suficiente fuerza para irse al fondo de las redes. El monstruoso estadio La Corregidora se volvió loca.

Todavía los queretanos pudieron haber aumentado la ventaja en una escapada de Tridente que parecía encarar en mano a mano contra el arquero Zermeño, pero que prefirió habilitar a Mauro Gerk, quien ya no tuvo tiempo de hacer nada, prefiriendo engañar al árbitro central Román Medina, quien lo amonestó.

A pesar de la superioridad en el terreno de juego, los plumíferos no pudieron reflejarlo en el marcador.

Todavía no se acomodaban los equipos en el terreno de juego cuando los queretanos anotaron el segundo gol. Emilio López desbordó por la banda derecha, agarrando mal parada a la zaga tijuanense, y envió un bombón a la cabeza de Mauro Gerk, quien sólo tuvo que colocar la pelota para ponerla lejos del alcance del portero.

Las cosas parecían que se resolvían para Gallos Blancos cuando vino una entrada por atrás de parte del 'xolo' Elliott Huitrón sobre Emilio López, siendo juzgada por el árbitro central como tarjeta roja directa.

Wilson Graniolati, técnico de Xoloitzcuintles, arriesgó todo para la segunda mitad y metió a Edgar González para apoyar más a Diego Torres y fue entonces cuando cambió el juego. Tijuana tuvo más posesión de la pelota, cerrando las bandas y presionando a los queretanos Héctor Castro y Marco Jiménez.

La presión de Xoloitzcuintles terminó por reflejarse en el marcador al minuto 57 en un pase filtrado que sorprendió a los defensas plumíferos y que terminó rematando Diego Torres. El silencio y la tensión en el inmueble queretano comenzaban a hacer mella en el ánimo de los aficionados.

Tijuana tuvo un dominio abrumador de aproximadamente diez minutos, donde los Gallos Blancos no vieron la pelota. Inclusive, los visitantes tuvieron que recurrir a un mermado Raúl Enríquez, que no pesó en lo absoluto durante el tiempo que estuvo en la cancha.

Medrano sacó del terreno de juego a Emilio López y Mauro Gerk para darle entrada a Omar Maldonado e Isaac Romo. El contraataque estaba contado. Todo esto fue apuntalado con la entrada de Víctor Estrada, quien le dio solidez al mediocampo plumífero.

Cuando parecía que se tendría un final cardíaco, vino una corrida de parte de Omar Maldonado quien envió un centro a Tridente, quien remató como pudo pero que fue suficiente para incrustar en el ángulo de la portería de Zermeño. Era el gol que daba la tranquilidad y que ocasionó que la afición respirara de nuevo.

Al final del partido hubo un conato de bronca ocasionado por el arquero Adrián Zermeño, quien propinó un puñetazo a Carlos Pinto, respondiendo a la agresión de manera inmediata, aunque el árbitro central sólo vio la acción del jugador queretano, echándolo del terreno de juego de manera inmediata ante los abucheos del estadio La Corregidora.

Terminó el juego y la capital queretana de nuevo festeja el pase a una final. Héctor Medrano prometió un equipo protagonista y, de a poco, lo ha ido cumpliendo. Irapuato no será fácil, aunque los Gallos Blancos tienen lo que necesita un campeón: futbol, místico y personalidad.

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