jueves, noviembre 15, 2007

sOLO GALLOS ... Columna Gerardo Manrique

ACCIONES
Me voy a tomar la libertad de recomendarte un libro que me gustó mucho. Se titula La Isla del Fútbol, y lo escribe en coautoría con un especialista en Mercadotecnia, Toño Rosique, comentarista de TV Azteca. La riqueza del libro radica en que nos presenta un panorama acerca de la liga Premier Inglesa. La que más ingresos genera, la que más asistencia de aficionados promedia por partido, la misma que tiene 10 equipos entre los 20 más ricos del mundo y cuya Segunda División es la sexta liga más exitosa comercial y deportivamente a nivel mundial. Pero sobre todo, es un libro que nos enseña a aficionados como tú y como yo, que le vamos a un equipo como Gallos Blancos, que no estamos locos, que todos tenemos derecho a existir. ¿Quieres que cuente por qué? “Escucha hijo mío – me dijo el demonio poniendo su mano sobre mi cabeza-.”

EL APUNTE

Por principio de cuentas, Inglaterra tiene el torneo más democrático, la FA Cup, el torneo más antiguo del mundo donde juegan equipos de la Premier, de la Segunda, de la Tercera y hasta de la Quinta División que es amateur. La final se disputa en el ahora renovado estadio de Wembley y prácticamente todos los equipos organizados de la isla tienen derecho a disputarla. Un equipo de pescadores o fontaneros, se puede ver las caras con el poderoso Manchester o con el arrogante Chelsea. Por cierto, en la liga Premier sí existe el descenso y nadie es filial de nadie. Se sabe bien que la mayor parte del pastel se lo van a quedar los colosos de siempre: Arsenal, Liverpool, Newcastle, ManU o Chelsea o West Ham, pero todos tienen derecho a existir. Así, existen equipos como el Millwall que sólo ha jugado dos temporadas en Primera en sus 112 años de historia y tiene pocos pero entusiastas jugadores. El poder de los aficionados es real. Existen equipos que son administrados por organizaciones de aficionados y hasta en clubes con dueños únicos como Liverpool, Chelsea o Manchester, los aficionados tienen el derecho de opinar o intervenir en las decisiones. Por iniciativa parlamentaria, los aficionados tienen el derecho de comprar una parte del club, aunque sea una cantidad ridícula, pero a fin de cuentas, ellos también son dueños. Los reflectores se los llevan los grandes, pero existen infinidad de rivalidades regionales entre equipos que deambulan por la Segunda y Tercera que generan una gran dosis de pasión. La mayoría de los equipos son un modelo de gestión y no encomiendan sólo al el éxito deportivo la supervivencia del equipo, sino que se preocupan por generar un profundo vínculo con su comunidad a través de la labor social y el contacto con sus seguidores. Tampoco es necesario como nos han hecho creer, que se necesita ser inmensamente rico para sostener un club. Se puede ser un equipo limitado en recursos pero rico en imaginación, gestión, planeación y modelo de negocios. Claro que se requiere de dinero, pero lo que se lleva a la excelencia es la administración deportiva de los equipos. Inglaterra solucionó el problema de los Hooligans e hizo de una liga que no pintaba, un éxito comercial y deportivo sin precedentes. Hizo del fútbol un modelo empresarial pero conservando la esencia de este deporte, haciendo negocio al cuidar y respetar a los dos factores más importantes de este millonario fenómeno mundial: los jugadores y los aficionados.


PARA REFLEXIONAR

Es complicado que nuestro fútbol cambie. Subordinado a Televisa, nuestra liga es una caricatura y algo aburridísimo para los que no le vamos a ninguno de los llamados grandes. Pero te pregunto amigo lector: ¿Viviremos lo suficiente para generar una transformación positiva en nuestro amado equipo para acercarlo a la excelencia? ¿Quién se apunta para la odisea?

manriquemind@yahoo.com.mx

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