viernes, mayo 11, 2007

Columna Gerardo Manrique

Con esta columna damos inicio de la Colaboracion de Gerardo Manrique en este Blog
en el cual seran colocadas sus afamadas columnas y uno que otro comentario suyo .

Departe de los colaboradores del Blog de Gallos le damos las Gracias a Gerardo Manrique Ayala por aceptar la invitacion a colaborar en este pequeño espacio referente a gallos Gracias Gerado
SOLO GALLOS

TRAGEDIA

Seguramente a ti, amigo lector, te sucede como a mí que estos días sigo un estricto régimen de abstinencia total de fútbol. No hay por ahora nada que se relacione con el deporte que tanto nos apasiona. Gallos no existe más en el mercado futbolero, y así las cosas, lo que sucede en otras plazas en las que sí rueda el balón, nos importa un cacahuate. Todavía persiste el asombro y la amargura entre la Comunidad del Gallito, de sabernos despojados de lo que más amamos: La imagen de nuestro equipo emergiendo del túnel con el uniforme azul y negro a rayas verticales dispuesto a luchar contra poderosos enemigos que le superan en número y poderío, no así en corazón y entrega. Porqué así fue la historia de Gallos, un equipo diezmado, dirigido por un general valiente y honesto, aunque joven e inexperto y sustentado por miles de fieles seguidores que al otro lado de la alambrada, nunca dejaron de creer. Gallos Blancos estaba solo contra el mundo y aún con todo fue necesario hundirlo, porque, léase bien para que nos quede claro a todos: este equipo no descendió, fue despojado y señalado desde la misma noche de su ascenso como la víctima propicia, como el equipo al que se le cargarían todos los maleficios, todas las pestes y conjuros para regresarlo al lugar que es la combinación de todos los males posibles y donde hay total ausencia de cualquier bien, el infierno de la A. Si esto no bastaba, se tenía lista ya la caja de Pandora para abrirla a las puertas del Corregidora y señalarle el camino de regreso a nuestro equipo. De bien poco nos sirve el consuelo de saber que fue necesaria toda una cofradía de artimañas para descender a un plantel que todos daban por liquidado desde el momento mismo de su ascenso. Sé también que hubo errores y sobre todo una ausencia de respaldo entre los dueños del balón para defender al Querétaro. Hoy, sólo quiero recordarte que nosotros somos la sangre y el alma de este equipo, así pues, hagamos un descanso, una pausa, un silencio, un velo de negro luto en la mirada, pero jamás dejemos de latir, de respirar, de pedirle peras al olmo y explicaciones a la luna.

EL APUNTE

Hoy es tiempo de tristeza y desengaño, pero también de alimentar el fuego en los corazones de los niños antes que asome a su memoria el riesgo del olvido. Hay que contarles historias de tiempos heroicos de nuestro equipo, el recuerdo de glorias pasadas será el alimento para soportar otra temporada en el infierno. Y los Gallos de plumas más blancas, de sangre azul y corazón negro, deberemos plantarnos de cuando en cuando frente al Corregidora, y sobre las ruinas futbolísticas y las cenizas todavía humeantes, frente a la taquilla norte, limpiarnos la cal de los ojos y mirar fijamente a ese coloso de cemento que a pesar de estar mudo, encierra miles de historias anónimas de cada uno de nosotros, héroes sin tumba, que damos casi todo por un equipo a cambio de casi nada. Tu, aficionado que empeñarías un pedazo de tu alma, a cambio de poseer un retazo del equipo de tus amores, eres el encargado de preservar la flama del Querétaro, hoy más que nunca, un equipo que al día de hoy no existe, o por lo menos, no da señales de vida pero que a fuerza de ser recordado, se resiste a morir. La grandeza de Gallos, ciertamente, más que en cualquier otro equipo, reside en los miles de héroes sin tumba que alientan, sufren y tocan el cielo con las manos, al otro lado de la alambrada

PARA REFLEXIONAR

Con esta columna, amigo lector, doy por terminado otro episodio de pasión sin gloria del Querétaro. El recuento de los daños, lo que se hizo bien, las atrocidades y lo rescatable, te lo diré en otra ocasión. Gracias por tu infinita paciencia, pero sobre todo, gracias por entenderme, por entender este sentimiento albiazul, que para muchos es causa perdida. Gracias por ser de Gallos, gracias por la locura compartida, gracias a ti sé que no estoy solo, y tu tampoco, y esa larga espera se hará corta para encontrarnos en la grada y comprobar que somos miles.


manriquemind@yahoo.com.mx

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