viernes, abril 27, 2007

El juego de la verdad

Por: Edgar Valero Berrospe Opinión

Hasta hace algunos años, recuerdo que los directivos en el deporte mexicano se preocupaban por hacer bien las cosas, porque para eso estaban. Hoy se preocupan más por lo que diga la prensa, porque saben que no hacen lo correcto, en la mayoría de los casos.
Hoy la práctica común es hacerse de relaciones y tratar con eso de resolver que nadie hable o diga lo que debe de decir, aunque sea la verdad, porque, además, como dice el dicho, la verdad no duele pero incomoda y… como molesta.
En los últimos tiempos la cantidad de "tranzas" que hay en el deporte mexicano, incluyendo por supuesto al futbol, ha provocado que esos pequeños secretos del pasado se conviertan en grandes escándalos.
Árbitros corruptos, asociaciones de directivos casi delictivas con la intención de darle en la torre a quien resulte no ser miembro del Club de Tobi (cómo el Querétaro, por ejemplo), dirigentes que filtran informaciones y hacen acuerdos por abajito de la mesa para ser "tratados bien" a cambio de información privilegiada y todo eso, combinado con el nivel a veces incomprensible de incompetencia de algunos, ha convertido en un escándalo permanente lo que pasa en nuestro deporte.
Del único "ordenador" estúpido en la faz de la tierra ya ni hablamos (no porque no quiera, sino porque ya hemos hablado mucho de la maquinita en cuestión y de quién debería de programarla, también).
Yo soy de los que no sugieren, yo si quiero decirle a alguien algo, se lo digo, clarito, con todas sus letras (o palabras, cuando estoy en mi programa en Radio Fórmula), por eso es que me indigna que la gente ande con chismes por debajo de la mesa y de pronto no acepte su responsabilidad.
Este espacio no es para hacer juicios sumarios, no tengo la autoridad (y quiza, ni la calidad para hacerlo), pero me pagan, entre otras cosas, por dar mi opinión, que puede o no gustar, pero que no está amañada ni comprometida como la de muchos que se dicen periodistas íntegros y venden su conciencia según es el cañonazo o la conveniencia, es decir, siempre digo la verdad, aunque duela, aunque incomode.
No me hago para atrás ni tantito en la indignación que nos invadió con la trampa que hizo el diario Récord con "alguienes" en la Femexfut para obtener la imagen de la camiseta nacional antes que nadie.
No me hago para atrás ni tantito en el caso de la condena permanente para quienes quieren y han tratado de hundir a los Gallos Blancos y mandarlos, porque así les conviene, a la Primera A en vez del Santos

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